Crece criminalidad en la triple frontera amazónica

Una variedad de organizaciones criminales aprovecha la escasa presencia estatal en la Amazonía para conformar empresas criminales transfronterizas y aprovechar la abundancia de recursos naturales.

Servindi, 18 de julio, 2024.- La actividad criminal se fortalece en la región donde confluyen Brasil, Colombia y Perú, debido al abandono del Estado y la riqueza de recursos naturales.

En esta área grupos criminales brasileños se han asociado con facciones de guerrillas colombianas y grupos narcotraficantes peruanos para realizar actividades relacionadas al narcotráfico, tala de árboles, minería ilegal y la pesca en áreas protegidas.

La criminalidad a su vez genera daño ambiental en la Amazonía y la creciente violencia contra la población local, que se ve obligada a enlistarse a estos grupos debido a los incentivos económicos.

También se registra un alto número de asesinatos, muchos de ellos relacionados con disputas territoriales o represalias contra la población que se resiste a la invasión de sus tierras.

Una investigación de International Crisis Group resalta la importancia de que los tres países latinos refuercen su cooperación en matera de seguridad para perseguir y sancionar a los responsables de delitos ambientales.

La criminalidad en Brasil

International Crisis Group identificó en Brasil al Comando Vermelho que está en constante disputa con otros dos grandes grupos criminales: la banda local Os Crías y Primeiro Comando da Capital, que ahora opera en todo Brasil.

No se descarta que el Comando Vermelho actúe en conjunto con el frente guerrillero colombiano Carolina Ramírez, una facción disidente de las ahora desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Perú y el avance del narcotráfico

Por su parte, el Perú se ha convertido en el motor de la producción de cocaína en la zona, causando graves daños ambientales a lo largo de la frontera.

Esto, con el apoyo de inversionistas colombianos o brasileños y aprovechando la mano de obra local.

La mayor parte de la producción se vende en Brasil o se exporta a Europa y África. Parte de ella viaja a través de Ecuador, el país que enfrenta actualmente los peores índices de violencia criminal en la región.

Los pueblos indígenas en aislamiento voluntario corren especial riesgo ante el auge de la delincuencia. El perímetro ininterrumpido de su territorio, protegido por ley, está a punto de ser vulnerado por taladores, acaparadores de tierras y otros delincuentes.

Los riesgos para los pueblos indígenas

A lo largo del Amazonas están los pueblos indígenas ticuna, bora, marubo y matis, que no cuentan con servicios estatales. A ellos se suman los mayoruna y los tsohom dyapa que viven en aislamiento voluntario y corren peligro por los grupos criminales.

Mientras en Tabatinga y Leticia, en la frontera entre Brasil y Colombia, se tiene una población de unos 113 000 habitantes que se moviliza solo por barco o avión debido a la falta de carreteras.

Las tasas de pobreza y homicidios en la zona superan con creces los promedios nacionales, pero como la región está compuesta por áreas rurales remotas y ciudades pequeñas, las autoridades nacionales tienden a pasarlas por alto.

La importancia de la Amazonía

El papel de la Amazonía en la regulación climática hace que la inseguridad en la triple frontera sea un asunto de preocupación mundial, pues absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono atmosférico.

Su incomparable biodiversidad es esencial para mantener el equilibrio ecológico, pero a medida que el crimen organizado se extiende, le impone una alta carga a la región, alimentando la violencia, desintegrando comunidades y agravando la deforestación.

ÍNTEGRA DISPONÍVEL EM: SERVINDI – (ver mapas e foto)

FONTE: Crece criminalidad en la triple frontera amazónica | Servindi – Servicios de Comunicación Intercultural 

Relacionada: Un problema de tres fronteras: detener la criminalidad en la Amazonía | Crisis Group (ver mapas e fotos)  

Tabatinga (AM), 03/03/2023 – Região de fronteira entre os municípios de Tabatinga (Brasil) e Letícia (Colômbia). Foto: Marcelo Camargo – Agência Brasil EBC