La nueva carretera no solo atenta contra los derechos de los pueblos indígenas, sino también contra los derechos ambientales, porque para construirla se tendrá que cortar unos 130 kilómetros de área cubierta por bosque virgen.
Servindi, 29 de diciembre, 2020.- Ambientalistas brasileños manifiestan preocupación por los planes del gobierno de construir una nueva carretera a lo largo de la frontera con Perú, en un área virgen que alberga comunidades indígenas, incluso en aislamiento o contacto inicial.
La vía planificada es una extensión de la BR-364, carretera de más de 4300 kilómetros que conecta Sao Paulo con el estado amazónico de Acre, y uniría la ciudad de Cruzeiro do Sul con la ciudad fronteriza peruana de Pucallpa.
El presidente brasileño y los partidarios del proyecto argumentan que la nueva carretera es fundamental, ya que impulsará la economía de esta remota región al crear un centro de transporte.
A través de este centro los productos agrícolas se podrán enviar a los puertos del Pacífico ubicados en Perú y luego a China. “Este proyecto no destruirá el bosque, traerá desarrollo”, sostiene Marca Rocha, congresista de centro derecha de Acre.
Ambientales y líderes indígenas opinan lo contrario. Indican que para construir la nueva carretera se necesitaría talar 130 kilómetros de bosque virgen. Además, la vía atravesaría el Parque Nacional Serra do Divisor.
Diversos especialistas califican a este parque nacional como una de las zonas con mayor biodiversidad del Amazonas, porque alberga a 130 especies mamíferas y a más de 400 tipos de aves.
Las autoridades brasileñas consideran proponer acciones para disolver las medidas de protección de la reserva natural para acelerar la construcción de la nueva carrera. Estas gestiones traerían consecuencias catastróficas.
Las carreteras no otorgan desarrollo
“La verdad es que nadie en Acre necesita esta ruta transoceánica, ya hay una carretera que nos une con Perú. Lo que necesitamos es dejar el bosque en pie”, exclamó el líder indígena Luis Puwe Puyanawa.
Por su parte, el jefe de SOS Amazônia, Miguel Scarcello, calificó el proyecto como irresponsable y un retroceso a la dictadura militar de Brasil, cuando la Amazonía fue arrasada para conseguir un supuesto desarrollo.
“Esta vía atravesará un área virgen de bosque y afectará las cabeceras de afluentes realmente importantes del río Juruá. Dicen que traerá desarrollo, pero, como siempre, será desarrollo para media docena de personas”, dijo Scarcello.
Si se aprueba este proyecto, las comunidades indígenas Nukini, Jaminawa y Poyanawa se verán afectadas. El representante de SOS Amazônia también señaló que era posible que el parque nacional albergue a tribus aisladas con las que no se ha establecido contacto.
El especialista ambiental considera que con este proyecto se ha demostrado que las autoridades brasileñas no han aprendido nada de los efectos que podría causar la destrucción de los bosques.
La Amazonía brasileña una vez más se encuentra en peligro debido a que el mismo Gobierno promueve proyectos que destruyen la biodiversidad. Entre enero y setiembre, más 700 00 hectáreas fueron deforestadas.
Los activistas climáticos aseguran que la extensión de la carretera BR-364 no es el único proyecto que atenta contra los pueblos indígenas y los derechos medioambientales.
PUBLICADO EM: SERVINDI
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