Comunidades nativas pemones se desplazan hacia territorio brasileño ante el hostigamiento de la Guardia Nacional Bolivariana. En medio de la crisis que vive Venezuela, y ante el desplazamiento de más de 200 nativos, la solidaridad entre los pueblos indígenas venezolanos y brasileños se ha hecho presente.

Publicado em: SERVINDI

La crisis en Venezuela ha golpeado todos los extremos de su población. Uno de los sectores más afectados en los últimos meses ha sido la población indígena Pemón, ubicada al sur de la región Bolívar.

Los constantes enfrentamientos entre las comunidades de esta etnia y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ha generado el desplazamiento de esta población.

Desde los últimos días de febrero, cientos de pobladores indígenas venezolanos de la etnia Pemón se han movilizado hacia territorio brasileño, específicamente al poblado de Pacaraima adonde han llegado más de 200 pemones. Estos han aclarado que su desplazamiento se debe al asedio de los miembros de la GNB más que a la crisis económica.

Cabe recordar que en enero una intervención militar-policial de la GNB en territorio de los pemones dejó dos muertos y varios indígenas heridos. El asedio de las fuerzas oficiales venezolanas data del 2018, debido al interés del Gobierno de Venezuela por controlar el territorio sureño de la región de Bolívar, abundante en minerales que esperan extraer.

Solidaridad indígena

Ante esta situación, las comunidades indígenas brasileña cercanas al territorio venezolano se han solidarizado. Desde Brasil, a través del Consejo Indígena de Roraima han expresado su solidaridad y su disponibilidad a entregar refugio a los miembros de la comunidad Kumarakapay, la más asediada por los miembros de la GNB.

Por el momento, el 15 de la población indígena del sur de Bolívar ha cruzado ya la frontera hacia Brasil. Aún la mayor parte de la población indígena pemona se mantiene en el territorio denominado “sabana venezolana”.

Según ha explicado el coordinador de Pueblos Indígenas del Foro Penal, Olnar Ortíz, ellos temen perder la soberanía de sus tierras a manos del Gobierno de Venezuela si abandonan por completo sus comunidades.

Mientras la situación se agrava, más pueblos indígenas del sur de Venezuela se declaran bajo hostigamiento de las fuerzas militares. A los Kumarakapay se le han sumado las comunidades Maurat, Maracry, Keinerú, Waramacen y Santo Domingo de Kuracen.

No obstante, en medio de esta crisis, la solidaridad entre naciones indígenas emerge como uno de los pocos aspectos a rescatar.

Por José Díaz

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