La dirección de la comarca indígena ngöbe buglé está satisfecha con el informe de la comisión especial de Naciones Unidas que dictaminó afectaciones a esas comunidades de continuarse las obras de la hidroeléctrica de Barro Blanco.

Manolo Miranda, integrante de la comisión verificadora por los ngöbe, dijo que para ellos es importante esa verificación, pues comprobó que sí resultarán afectadas las casas, la cultura, y que el estudio de impacto ambiental no se cumplió con rigurosidad.

Por su parte el sacerdote Eusebio Morales, garante del diálogo entre el gobierno y los ngöbe, señaló que ahora vendrá el peritaje independiente y los resultados que se den, el cual tendrá que ser acogido por todas las partes.

Ni los empresarios de Generadora del Istmo, dueña del proyecto, ni el ministro de Gobierno, Jorge Ricardo Fábrega, que conduce las estancadas negociaciones, se han pronunciado en cuanto al informe de la ONU, pero insisten en que la obra no se paralizará.

El informe de la ONU es rico en detalles que dan la razón a las protestas indígenas.

La misión conoció el modo de vida de los habitantes de Kiad, Quebrada Caña y Nuevo Palomar, y su relación con el entorno, pues practican una economía de subsistencia en la cual los suelos de aluviones al borde del río Tabasara son un activo vital.

Con el embalse, señala, se estarían perdiendo las pocas tierras productivas con que cuentan. El área de influencia del proyecto incluye a comunidades indígenas y campesinas con realidades y condiciones disímiles e implicará un cambio en la calidad del paisaje y la dieta fuertemente rechazado en la comunidad.

Toda acción o decisión sobre el uso del río Tabasará, deberá tomar en cuenta su uso por las comunidades como medio para la obtención de alimentos, transporte, esparcimiento, y lugar que guarda petroglifos con especial valor cultural, añade el informe.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=841551&Itemid=1

FONTE : http://servindi.org/actualidad/79628