Existen casi treinta modos de conseguir y blanquear madera de origen ilícito, actividad que mueve entre 30.000 y 100.000 millones de dólares anuales, sostiene un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL).
El documento “Carbono limpio, negocio sucio. Tala ilegal, blanqueo y fraude fiscal en los bosques tropicales del mundo” afirma que entre el 50 y el 90 por ciento de la tala ilegal se lleva a cabo por delincuentes organizados que peligran la conservación de la vida silvestre, la erradicación de la pobreza y la lucha contra el cambio climático y la deforestación.
La tala ilícita se desenvuelve principalmente en los países tropicales de la cuenca del Amazonas, el África central y el Asia sudoriental, y representa entre el 15 y el 30 por ciento del comercio lícito.
El informe de evaluación de respuesta rápida se presentó en la Conferencia Mundial sobre los Bosques celebrada en setiembre en Roma, durante un acto de ONU-REDD, una coalición del PNUMA, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Un problema enorme y complejo
Los cálculos del informe revelan que la magnitud del problema es mucho mayor de lo que se pensaba. El cálculo responde a un mejor conocimiento de los métodos empleados para el blanqueo de la madera de origen ilícito.
Entre los métodos están las tácticas tradicionales como la falsificación de los permisos, la tala en áreas superiores a las concesiones y los sobornos para obtener permisos y que pueden alcanzar hasta 50 mil dólares por licencia en algunos países.
Los grupos delictivos también emplean métodos de alta tecnología como el pirateo informático de sitios web de los gobiernos para obtener o modificar permisos electrónicos.
La corrupción prospera debido a que en muchos casos, los militares y policías locales y funcionarios obtienen ingresos diez veces superiores a los que obtendrían con las actividades legalmente permitidas.
Las operaciones ilegales se hacen también más sofisticadas y los madereros e intermediarios trasladan sus actividades a otras regiones y países para evadir las medidas represoras locales e internacionales.
Necesidad de una labor coordinada internacionalmente
Una de las principales conclusiones del informe es coordinar internacionalmente la represión a fin de evitar que los madereros ilegales y los cárteles queden impunes con su lucrativo comercio aún a expensas del medio ambiente, las economías locales e incluso las vidas de los pueblos indígenas.
“La amenaza que supone para el medio ambiente la delincuencia organizada transnacional exige una respuesta represiva internacional enérgica, efectiva e innovadora para proteger esos recursos naturales y luchar contra la corrupción y la violencia vinculadas con ese tipo de delito, que puede afectar también a la estabilidad y la seguridad de los países”, dijo Ronald K. Noble, Secretario General de la INTERPOL.
Actividad ilícita bloquea iniciativas legales
Achim Steiner, secretario general adjunto de las Naciones Unidas y director ejecutivo del PNUMA expresó su temor por que la tala ilegal puede boicotear actividades para financiar iniciativas legales de conservación como las que se encuentran en el marco de la Iniciativa para la Reducción de las Emisiones por Deforestación y Degradación o REDD+.
Lamentablemente, los incentivos económicos actuales rara vez son eficaces para reducir la corrupción colusoria y las actividades de tala ilegal, ya que quienes las perpetran corren poco riesgo de ser detenidos, precisó Steiner.
Si bien se ha avanzado mucho, la mayoría de las gestiones se encaminan a crear incentivos para el comercio legal, pero no a luchar contra la delincuencia. Si las actividades ilegales son más rentables que las legales la tala ilegal seguirá hurtando a los países y las comunidades un futuro sostenible concluyó Achim Steiner.
Recomendaciones
Otras de las conclusiones del informe es intensificar y estudiar las posibilidades de financiar el desarrollo de un programa de aplicación de la ley para la protección de los bosques bajo la dirección de la INTERPOL y el PNUMA, en estrecha colaboración con la iniciativa REDD+, el Consorcio Internacional para Combatir los Delitos contra la Vida Silvestre y todos los socios pertinentes.
Además, aumentar las capacidades nacionales de investigación y operativas por conducto de capacitación sobre la delincuencia ambiental transnacional y centralizar en un único registro nacional todos los permisos de desmonte, lo que facilitará mucho la transparencia y la investigación.
También clasificar las regiones geográficas según el grado presunto de ilegalidad y restringir las corrientes de madera y productos madereros procedentes de esas zonas, incluido el transporte y alentar las investigaciones sobre el fraude fiscal, prestando atención especial a plantaciones y aserraderos.
Usted puede acceder al texto completo del informe con un clic en el siguiente enlace: Carbono limpio, negocio sucio. PNUMA-INTERPOL (pdf, 72 páginas)
VER REPORTAGEM COMPLETA EM : http://servindi.org/actualidad/73939
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