La imagen que acompaña esta nota corresponde a la del jefe Raoni, del pueblo indígena de los ríos Xingu, en Brasil. La imagen es estremecedora. El jefe Raoni llora desconsoladamente al enterarse que el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff autorizó la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte.
Esta hidroeléctrica será la tercera más grande del mundo, inundará 400 mil hectáreas de selva amazónica expulsará de sus territorios a 40 mil personas y destruirá hábitats naturales valiosos para la biodiversidad.
El jefe Raoni llora al saber que al anunciarse la construcción de esta central hidroeléctrica se ha firmado su sentencia de muerte, y no solo de ellos, sino de la naturaleza en su conjunto. Este proyecto generará electricidad a un alto costo social, ambiental y económico.
Norte Energía, empresa que ejecutará la construcción de esta hidroeléctrica en Brasil ha intentando desmentir por todos los medios las consecuencias devastadoras que acarreará este proyecto.
Han señalado que el embalse no afectará a los pueblos indígenas en la zona y que el área prevista para esta será mucho menor a la inicial. De otro lado señalan que se ejecutarán proyectos de desarrollo en la zona, para beneficio de las localidades.
En el Perú la realidad no es distinta. El acuerdo energético firmado entre el Perú y Brasil pretende la construcción de varias centrales hidroeléctricas en la amazonia peruana.
La central hidroeléctrica de Inambari es una de las más grandes de todas. Esta se ubicaría en los límites de las regiones de Puno, Cusco y Madre de Dios.
Egasur, un conjunto de empresas brasileras es la que pretende ejecutar el proyecto. Para ello este demandará una inversión de más de 5 millones de dólares.
El proyecto afectaría más de 460 kilómetros de extensión y además se llegarían a inundar más de 45 mil hectáreas de bosque, para la instalación de la represa.
Desde entonces pobladores, gremios, autoridades, organizaciones sociales, entre otros se han unido para rechazar las pretensiones del gobierno brasileño, que sería el principal beneficiado con la construcción de esta hidroeléctrica.
La visita que recibirá el presidente Ollanta Humala a fines de este mes de parte de la presidenta Dilma Rousseff ha puesto en alerta nuevamente a las diferentes organizaciones, que nuevamente han alzado su voz de protesta contra este proyecto que atentaría contra el medio ambiente.
Las autoridades locales de más de 30 poblados que se verían afectados por el proyecto enviarán un memorial dirigido a la presidenta brasileña, solicitándole el retiro del proyecto en la amazonia peruana. Los pobladores se han unido y no descartan medidas de lucha si en caso el proyecto vuelva a reactivarse.
Los miembros del Consejo Regional de Puno han anunciado, de manera algo precipitada, que podrían emitir una ordenanza regional declarando la inviabilidad del proyecto hidroeléctrico de Inambari.
Se desconoce la agenda de los mandatarios peruano y brasileña en la cita a llevarse, muchos creen que se volverá a tocar el tema de Inambari. Los pobladores y la sociedad en su conjunto también enviarán un pedido al presidente peruano manifestándole el rechazo al proyecto.
El jefe Raoni realizó una férrea lucha contra el proyecto en sus tierras. Recogieron firmas de más de 600 mil personas rechazando el proyecto, finalmente de poco sirvió su intención, Brasil cedió ante un poder más grande que el de su pueblo.
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